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Cada noche de miércoles el padre Diego Gaspar, colaborador de la Gobernación del Valle del Cauca y párroco de la iglesia San Pedro Claver, llega con un grupo de voluntarios para cumplir con la meta de entregar 800 platos de comida a los habitantes de calle en el barrio Sucre, en el centro caleño.

Se trata de ‘Pan para el más pobre’, una jornada solidaria que lleva alivio a los más vulnerables, dice el sacerdote, quien agradece los apoyos que hacen posible una noche de comida caliente para estas personas. “No es fácil conseguir 800 platos de comida a la semana para entregar cada ocho días, no tenemos una financiación, las personas que nos quieran ayudar nos pueden ubicar en la Fundación Sarep”, agregó.

Luego de conseguir las raciones de alimentos, los voluntarios recorren las calles de Sucre en compañía de la Policía Militar y las entregan a quienes viven en la calle. “Yo me parcho por ahí, entonces cuando los veo, voy y como, es muy rica toda la comida”, dice Johan Sebastián, habitante del sector.

Y es el amor al necesitado lo que mueve a este grupo de personas que agradecen a Dios el tener un plato de comida en su mesa y poder compartir con los más pobres que los esperan cada miércoles para recibir un plato de comida caliente. “Llegar a este lugar al principio te da miedo, pero vienes el segundo, tercer y cuarto miércoles y ya ves que realmente te respetan y la bendición que ellos te dan a pesar de lo que están viviendo te motiva a volver a pesar del cansancio que genera el trabajo”, dice Andrés Felipe Martínez, voluntario del programa.

Mientras apela a la generosidad y solidaridad de la comunidad, el padre Gaspar, sigue en la búsqueda de más comida para poder llegar el próximo miércoles con ‘Pan para el más pobre’.

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