La labor diaria que realiza en el Hospital Universitario del Valle el pediatra Javier Alejandro Obando le ha dado un propósito a su vida: proteger a los niños, niñas y adolescentes del suroccidente colombiano, garantizar sus derechos integrales pese a las circunstancias, y contribuir al proceso de volver a ser felices. Esto lo ha logrado a través de la Unidad de Pediatría Social del Hospital Universitario del Valle, de la cual hace parte un equipo interdisciplinario encargado de la valoración, prevención y manejo de los niños con sospecha y diagnóstico de maltrato infantil.
En este programa, único en el país desde que se creó en el 2019 bajo la dirección de la pediatra Ángela García, ha atendido unos 2.000 niños vulnerados en sus derechos. En esta Unidad han recibido una atención no solo en su condición de salud física sino integral con trabajo social, psicología, terapia ocupacional, fonoaudiología, entre otros. En lo corrido del año, van 305 niños con diagnóstico de maltrato infantil atendidos.
“Cuando llegan por primera vez a urgencias la idea es que se contacte con el pediatra encargado de la Unidad y hacemos el abordaje inicial, esa persona debe tener mayor experiencia en maltrato infantil que le permita hacer una entrevista lo más amplia, objetiva y clara para poder detectar los factores de riesgo y hacer una intervención oportuna. Y así, hacer una historia clínica completa, incluso con examen forense porque permite hacer evaluación y remitir pacientes a Medicina Legal, y también brindar unos primeros auxilios psicológicos”, indicó el coordinador (e) de la Unidad de Pediatría Social del HUV.
Los casos son múltiples, desde el niño que llega con un esquema incompleto de vacunas, algún tipo de negligencia que pone en riesgo sus derechos fundamentales, así como accidentes o caídas que hacen sospechar maltrato físico. “Hay casos bastante dolorosos como el de un niño violentado por su padrastro en complicidad con su madre, que quedó con parálisis cerebral. A través de la valoración integral, no solo de la situación de maltrato y de la entrevista forense, sino con una adecuada integración con el sector de protección y el ICBF para buscar un cuidador, finalmente se logró la captura de los responsables. Casos así se presentan con mucha frecuencia”, aseveró el pediatra Obando.
A todos los casos se les realiza seguimiento y las valoraciones necesarias, por ejemplo, con psicología se brinda un acompañamiento psicoemocional a los niños, niñas y adolescentes que ingresan bajo un diagnóstico o sospecha de maltrato infantil, ya que estos pueden ocasionar múltiples consecuencias a largo y corto plazo. “Vemos niños que muchas veces no tienen la capacidad para discernir el daño que le está haciendo, pero que sí empieza a repercutir en otros contextos, por ejemplo, cuando el niño empieza bajar su rendimiento académico, ya no interactúa socialmente, no tiene la capacidad ni siquiera reconocer sus emociones, y en medio de este tipo de maltrato puede haber un intento de huir de la casa o de suicidio. En la Unidad brindamos las herramientas para que el niño no siga expuesto a ese tipo de contextos”, detalló Vanessa Umaña, psicóloga de la Unidad de Pediatría Social del HUV.
Es por esto que la gobernadora Clara Luz Roldán resaltó el trabajo interinstitucional e integral que se le ofrece a los niños del Valle que lamentablemente han sido vulnerados en sus derechos, “el HUV se ha convertido para estos pequeños en un entorno de protección, un lugar seguro y la posibilidad de mejorar su futuro. Por la calidad de vida y el cuidado de los menores luchamos en nuestro Valle Invencible”.